"Camionera? Bueno si te gusta así Mati, todo bien..."
Soy la quietud misma, la nada misma diria quién sabe quien y quien es quién sabe a quien me refiero cuando hablo de Mati, que en realidad no es a Mati por sí mismo, pero bueno, se sabe, esas idas y vueltas que se dan por la cabeza de uno al pensar en personitas enredadas, hilbanas, cosiçdas, tejidas, diseñadas indumentariamente hablando.
Me miro, me busco la vuelta y de una vez por todas me encantaría ponerle cara a este personajito, pero siempre el miedo ahí, acechando, previendo previamente que este instante previo al ataque no me debilite de antemano frente al
En fin, los meses pasan como en los dibujitos animados de mi infancia aún prendida animadamente a mi mente a traves de una imaginación superrealista supercalifrágilisticuespiralidosa que me permite sacar finamente del agua de la memoria todos esos pucutitos mimados y casi siempre llega a atormentarme la manera en que
Bueno los meses se suceden y los hechos, las sonrisas, los humos, las comidas, los abrazos, las charlas patametafísicas que no acabaron de acabar -pero ahhh... si que terminábamos arribando a puerto deseado- todo se junta y se superpone como en los collages y juraría ante un cheesecake que me iría YA a cualquier lugar dodne las estrellas se sintieran más cerca, pero me iría con él.
Matías, perfecto ser imaginario que más real no podría ser, pero que ya se esfumó, entonces vuelve al cofre donde está todo lo que tengo, que dicho sea de paso, es un cofre imaginario.
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