sábado, 15 de noviembre de 2008

Vacío, sin ruido.

El tic tac del reloj me acorrala, me aplasta en la cama, me acomoda suavemente para oírme decir "silencio, al fin", a pesar de no ser lo que buscaba.
Este sinsentido que me atrapa, que me lleva a acodarme en la ventana.
Caemos al olvido?
Horizonte, la barrera infinita e indefinida entre los árboles y el cielo, a la distancia los límites.
Límites?
El espejo me devuelve una imagen que me dice que todos quieren paz, quien podria no quererla?
Tus ojos, un pedazo de vida que me llevás.
Que me quitás.
Las mañanas son diferentes.
Lo unico que quedo
fue la sangre tiñiendo todo de bordó.

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