sábado, 19 de septiembre de 2009

Resabes the viejeit observate of nosotreit (Resabios de nuestro viejo observar)

Cuántas veces mas voy a volver a escribir sobre tu ojos?
Cada cosa que hacemos es viento, no se donde lo leí, pero simplemete lo recordé ahora, mientras escribo otra vez sobre lo mismo.
Algún día podré explicarme... mejor, porqué no me explicás vos qué es lo que pasa? Por qué si tan profundo me sentís no hablás conmigo? Por qué sigo aterrandote? Por qué seguís desconfiando? Por qué me ves y sólo eso?
Hace más o menos cuatro días que ando con un nudo en la garganta, hace más o menos cuatro días qe todo está bastante negr la mayor parte del tiempo, hace cuatro días que respiro sólo unas horas cada día y hace mas o menos cuatro días también que vengo viéndote seguido.
Cada vez que te veo, no te veo, te observo. Te observo en los espejos, en los reflejos y mientras tanto vos me miras de REojo, por el RAbillo dE tu OJO, entonces hacemos viento. Vos el tuyo y yo el mío. Nos aireamos, somos libres soltando nuestro aliento y haciendo tormentas en medio de una plaza cualquiera, los que nos rodean también lo hacen. Todos disfrutamos de hacerlo, disfrutamos porque sabemos que nada termina en este momento. Tenemos la promesa de la eternidad en nuetras manos, sin importar el resto. Cada tanto vos y yo seguimos cruzando furtivas miradas, tratando de escondernos tras el pelo, tras los ojos un poco rojos y tras nuestro propio viento.
Llega el momento. Entonces nos asomamos a lo que realmente es nuestra escencia, nuestro ser y sentir, yo al tuyo y vos al mío, charlamos horas observándonos. Formamos un uno, a veces tratamos de quebrarlo, miras hacia abajo y volves a observarme, yo sonrío casi imperceptiblemente, vos también. Me acuerdo las mil y una vez que pasábamos horas mirándonos acostados en la cama, mirando el techo, observando mis escritos en la pared, mi pelo, tus manos, mis manos que las elegían entre miles para tocarlas. Veíamos los discos, mirábamos los que más nos gustaban, observábamos el sonido en el espacio. Sin preguntas, no existía nada mas que los que observabamos, el sonido y nosotros. Suficiente para cualquiera de los dos. Así viajamos una y otra vez esta última semana las veces que nos vimos. Hasta que algo exterior, otro viento, nos rompe la calma interior que nos damos y otra vez volvés a ser vos y otra vez vuelvo a ser yo.
Otra vez volves a verme y sólo eso.

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